La educación es un tema de mucha importancia y dedicación, ya que de ella dependemos todos nosotros para ser mejores en la vida.
Piaget
más que nada tiene un gran enfoque sobre la inteligencia que presenta el niño,
ya que dice que constituye el estado de equilibrio hacia el que tienden todas
las adaptaciones, con los intercambios asimiladores y acomodadores entre el
organismo y el medio que las constituyen.

Un
ejemplo claro y que nos maneja en la lectura es que ningún análisis puede
partir de cero, porque sea de lo que se trate planificaciones, críticas,
reformas, análisis de contenido, etc. Siempre hay que tener en cuenta el pasado
de esas planificaciones, críticas, reformas, análisis y los frutos que estás
pueden tener.
Además de cierto modo qué
escuelas producen mejores resultados, aquéllas en las que la presión de los
exámenes falsea el trabajo de niños y maestros, o aquéllas en las que, sin
exámenes, el maestro juzga el valor del trabajo del niño a lo largo de todo el
curso. Esto que quiere decir que el aprendizaje se puede observar no solo desde
un examen o un trabajo, simplemente se puede observar desde el desempeño que el
niño presenta a lo largo del curso, que de alguna manera esto hace que el
profesor pueda prestar más atención hacia los alumnos y así puede enfocarse a
tener un buen papel como profesor.

Por
ello el objetivo de la verdadera educación intelectual no es saber repetir o
conservar unas verdades acabadas, porque, como lo señala Piaget, una verdad que
uno reproduce no es más que una semiverdad; la educación, más que una
formación, es una condición formadora necesaria para el desarrollo mental. Ya
que como sabemos la educación es un tema de vital importancia puesto
que de ello depende el futuro de la sociedad, y por ello debemos implicarnos
todos en mejorar el sistema para que salgamos ganando.